El cantante Pablo Banderas reunió este sábado 8 de noviembre a más de medio centenar de malagueños de todas las edades en el Centro Comercial Larios. El malagueño cantó sus propias canciones e incluso se atrevió con alguna cover, dejando boquiabierto a todo el que pasaba por allí.
Con camisa blanca, unos vaqueros y la mejor de sus sonrisas llegó el joven cantautor al evento organizado por 101 Televisión, cadena local que no ha dejado de apoyarlo desde que inició esta andadura. Acompañado por su padre, él mismo colocó un cartel anunciador para que todo el mundo supiera quien era.
«Bienvenidos a este concierto inusual en un lugar mítico». Estas fueron sus primeras palabras tras un pequeño traspiés al subir al escenario. «Para quien no me conozca, soy Pablo Banderas, básicamente hago música y me lo paso bien con ello, luego lo que tenga que venir, bienvenido será», afirmó con una sonrisa de oreja a oreja.
El tema ‘Mitad perdida’ fue el encargado de abrir el acústico y fue seguido de siete más: ‘Dos manos’, ‘Firma luchar’, ‘Morir en pie’, ‘Viento’, ‘Sin dudar’, ‘Volver a ser’ y ‘Amigos en invierno’. Además, intercaló estos temas propios con versiones de canciones de Carlos Rivera y Supersubmarina, esta última a dúo con Celia Ruíz, una cantante gaditana que está ganando popularidad gracias a las redes sociales.
Cada vez era más gente la que se acercaba a escucharlo y pidió a las fans que se sentaran delante para hacerle los coros. Y es que el malagueño, que está empezando en este mundillo y aún no ha sacado disco, ya tiene a muchos fieles seguidores. «Tengo algo más importante que un disco y son las canciones, así que podéis descargarlas, escucharlas…», aseguró con ilusión.
Todas las canciones de este joven tienen algún significado especial. Un claro ejemplo es ‘Dos manos’, que la compuso mientras estudiaba en Italia y trata de que hay que vivir más el presente y mirar menos el futuro. Por otra parte, sorprendió a los asistentes interpretando el estribillo de una canción que compuso cuando el Málaga estaba en Champions.
«Gracias de corazón, ahora nos quedamos un ratito aquí y hacemos lo que queráis» y así fue. Después del «concierto inusual», Pablo Banderas se quedó hablando, fotografiándose y firmándole a todo el que quiso unos flyers personalizados que las fans habían estado repartiendo en las horas previas.
Abuelos, padres e hijos llenaron el Centro Comercial Larios, o más bien «el mítico Eroski», como lo define el cantautor, hasta la hora del cierre y quedaron enamorados de su voz. Otro Pablo, otro malagueño con arte.
