El Festival de Málaga. Cine Español tuvo la oportunidad de acoger, el mismo día de su estreno en cines, una de las películas españolas más esperadas del año. Toro, dirigida por Kike Maíllo y protagonizada por Mario Casas, Luis Tosar y José Sacristán, se proyectó como película inaugural dentro de la Sección Oficial, aunque fuera de concurso.
El director de Eva, película que le valió el Goya a Mejor Actor Novel, dijo sentirse cómodo en todos los géneros, aunque reconoce que la mayor dificultad de la película fue encontrar espacio para que los personajes pudiesen entenderse a sí mismos. Con mención a Coppola, De Palma o Scorsese como referentes del género, Maíllo dijo haber intentado encontrar su propio camino en Toro y abandonar el naturalismo: «Hemos intentado estar un poco por debajo o por encima de la realidad».
Mario Casas, protagonista de la película, consigue una vez más apartarse de la imagen de sex symbol o icono adolescente. «Muchas veces se intenta situar a un actor en un sitio, pero mi camino ha sido variado. Hay que seguir luchando», apuntó el actor, que, según explicó su director, realizó aproximadamente el 90% de las escenas de acción, sin necesidad de especialista. «Uno no sabe dónde está el techo de Mario Casas. Es complicado encontrar a una persona más trabajadora que él», comentó Maíllo.
Parte de la película fue rodada en Málaga, y ese toque del sur está muy presente en la película. Los protagonistas confesaron habérselo pasado muy bien rodando las escenas de persecuciones de coches a lo largo de la ciudad y confesaron que el director tuvo que recortar algunas escenas demasiado violentas porque la película llegaba a ser «desagradable». Todos alabaron el trabajo del barcelonés: «Kike crea un entorno muy seguro para trabajar», comentó Ingrid García Jonsson.
La película, con un toque que recuerda a la mafia, crea una ficción con toques de realidad. «El personaje de José Sacristán representa esos poderes fácticos que vemos todos los días», explicó Luis Tosar. Casas, por su parte, opinó que lo que le queda a las generaciones como la suya es luchar por cambiar el mundo y la sociedad.
Tal y como explicó Tosar, la propuesta para participar en Toro fue un proceso que comenzó con un proyecto de menos de un folio: «Tenía cuatro cosas escritas, pero había algo que me llamó la atención. Es la primera vez en mi vida que me pasa».
