Jorge Clemente, Beatriz Medina y Emilio Palacios conforman el trío protagonista de Los héroes del mal, una película escrita y dirigida por Zoe Berriatua y producida por Nadie Es Perfecto PC, Pokeepsie Films y La Bestia Produce PC. Los héroes del mal es la historia de tres adolescentes marginados y humillados en su instituto que deciden unirse para vengarse de aquellos que les tratan mal, pero lo que comienza como un acto de libertad en legítima defensa se convierte en una espiral de violencia de la que no podrán salir.
Sus protagonistas han hablado con Masqltura tras presentar la película ante la prensa en la Sección Oficial de Largometrajes a concurso de la 18 edición del Festival de Málaga. Cine Español.
¿Cómo ha sido prepararse para interpretar personajes tan duros psicológicamente?
Jorge: Ha sido entre nosotros. Hemos tenido mucho ensayo. Nos hemos ido a barrios y sitios apartados para experimentar. Lo hemos disfrutado mucho, ha sido un proceso muy bonito que hemos disfrutado y hemos aprendido.
Beatriz: Ha sido un trabajo muy de grupo, hicimos piña desde un primer momento y éramos como una pequeña familia. Nunca te sentías sólo, había confianza plena y eso ayuda mucho a la hora de trabajar.
Emilio: Y siempre recordando que es un personaje, una película.
Hay muchos actores que tras hacer este tipo de personajes reconocen que les afecta en el ámbito personal, ¿es este vuestro caso?
Emilio: Eso puede pasarte, puede pasar que en un momento te quedes enganchado en algo, pero lo suyo es soltarlo, no es tuyo, y si pones algo tuyo es para ponerlo en favor de contar la historia, no para quedártelo, así que te das una ducha, te bebes un vaso de agua, te vas por ahí a cenar o te tomas una cerveza.
Jorge: A mí al terminar la película no me dio tiempo porque al día siguiente estaba empezando El club de los incomprendidos. Fue como pasar de una cosa a otra en un día y con un personaje opuesto totalmente, entonces no me lo pude llevar a casa.
Beatriz: Es verdad que a veces cuando entras en temas emocionales hay que aprender a separar. Yo he aprendido que una vez que acabo de grabar vuelvo a ser Bea y las cosas que le pasan al personaje no le pasan a Bea.
Beatriz tiene una escena de desnudo en la película. Suele ser un tipo de escena que no resulta fácil. ¿Para ti ha resultado complicado? ¿Aceptaste a la primera o tuviste que pensarlo?
Beatriz: A mí nadie me dijo nada de desnudos, pero una vez que leí el guión lo vi, y la verdad es que con la buena relación que estábamos teniendo con Zoe, sabiendo que ellos (Jorge y Emilio) eran mis compañeros, que había un equipo reducido y que me cuidaban como a nadie, me sentí súper cómoda. Al principio estaba bastante asustada porque no sabía cómo iba a ser, pero no sentí ningún tipo de pudor y disfruté mucho.
Hay una escena en la película en la que Emilio y Jorge os pegáis mutuamente. ¿Hubo que repetir muchas veces esta escena? ¿Las risas que surgen son verdaderas?
Jorge: No se repitió. Lo hicimos en toma única y lo hicimos de verdad, pero no nos hicimos daño. Además se ve que las risas son de verdad, se ve que lo estamos disfrutando, se ve que se respira verdad.
Emilio: Era tan sencillo como que había que hacerlo bien a la primera o había que seguir pegándose.
Además de ésta, ¿podéis contar alguna anécdota más del rodaje?
Jorge: Tenemos miles. Por ejemplo, hay una escena en la que me tiran leche en la cabeza. Me lavé la cabeza allí en el rodaje, pero aún queda algo ahí, y los días siguientes en mi casa me olía la cabeza a pozo, como a perro muerto. Me tuve que frotar bien para que saliese todo.
Beatriz: Un día estábamos rodando en Salamanca, en lo que era la casa abandonada, y hubo un error de gestión en el que el dueño además de alquilar el terreno para nosotros se lo alquiló a unos paramilitares que iban a hacer una guerra de airsoft. Estábamos rodando y de repente empezaron a entrar 100 o 200 paramilitares diciendo que iban a liarse a tiros. Entre todos tuvimos que tapiar ventanas. Fue una locura, pero al final salió bien.
