Tras cosechar grandes éxitos con sus cortos, los hermanos Esteban Alenda dan el salto al largometraje con Sin fin. La película, a la que precede el cortometraje Not the end, rompe los esquemas del cine español y nos adentra en una historia de amor contada a través de un viaje en el tiempo. Su estreno en la sección oficial del 21 Festival de Málaga. Cine en Español ha tenido una gran aceptación por parte del público y de la crítica, y ya les ha dado la primera alegría: Premio Asecan Ópera Prima a la mejor película y la Biznaga de Plata a mejor actor para Javier Rey, además de una mención especial de la Asociación Católica Mundial para la Comunicación. La película llegará a los cines el próximo 31 de octubre.
Los directores César y José Esteban Alenda han hablado con Masqltura para contarnos todos los detalles de este drama romático, que ha sido rodado en su mayoría en el Valle del Guadalhorce junto a la productora malagueña Producciones Transatlánticas.
¿Cómo ha sido el paso del corto al largo?
César: Realmente parece que se hacen las mismas cosas, que uno tiene una cámara y actores y la película se hace igual, pero hemos descubierto que la narrativa y la forma de contar las historias son muy diferentes. Por eso hemos tardado mucho en hacer una primera película. Hemos tardado en encontrar el punto de qué cantidad de cosas pueden ocurrir, teníamos que cambiar el chip. Tenemos unos cortometrajes que son muy cortos y ese mundo extrapolarlo al largo era muy difícil. No era el primer guion que teníamos de largometraje, ha sido el tercer corto que ha salido y yo creo que ha salido el que tenía que salir, porque realmente todavía no estábamos preparados para ese salto.
José: Haber hecho la versión corta de Sin fin antes ha sido fundamental, porque nos dio la opción de probar cosas para llegar con más seguridad al rodaje del largo.
¿Le habéis dado más profundidad a los personajes de la que ya habíais planteado en un principio?
José: Una de las cosas que identificamos con el corto era que, obviamente era muy difícil componer en un cortometraje un personaje con muchas capas y que tuviera un desarrollo y una transformación… Es muy complicado. Y desde el principio —fue antes el guion del largo que el guion del corto— teníamos muy claro, por ejemplo, que el personaje de María tenía que cambiar radicalmente, no podía ser un personaje pasivo que no tomara ningún tipo de decisión… No podía ser así. Entonces, yo creo que el mayor cambio que hemos introducido a nivel de personajes está en María, que pasa de ser un ser dependiente a un ser independiente, pasa de ser una persona pasiva que se va a dejar morir a ser una persona activa. Para nosotros era muy importante que los personajes fueran reales y que realmente respiraran, que fueran como somos los seres humanos en la vida. Era muy importante dotar de esa naturalidad y ese realismo a los dos personajes, porque era la única manera que veíamos en la que realmente te pudieras creer que había verdad en la historia.
En la rueda de prensa habéis dicho que teníais muy claro desde el principio que los actores tenían que ser Javier Rey y María León, ¿qué visteis en ellos para la película?
César: Con Javier habíamos trabajado ya en otro cortometraje anterior y ya conocíamos su grado de compromiso, de implicación y talento. Y a María tampoco hace falta conocerla para saber cómo es. Realmente los personajes están escritos para ellos dos desde antes que conociéramos a la propia María, luego fue genial que ella se sumara al proyecto. Es que esa frescura que tiene María, al mismo tiempo esa fragilidad cuando tiene que darla… Es tan completa, que era perfecta para el papel. Y a Javi ya le conocíamos tanto, que sabíamos que el personaje le iba como un guante.
José: Además de muy talentosos, son muy generosos el uno con el otro. Ha sido una gozada, ya no solo trabajar con ellos, sino verles trabajar y ver la relación que tienen detrás de las cámaras. Esa cercanía y esa conexión que hubo, humildemente creemos que se traslada a la pantalla, que hay verdad en esas miradas. Son muy inteligentes, tanto María como Javi, e incorporan cosas que enriquecen el proyecto, enriquecen los personajes y las situaciones. Una de las grandes suertes que hemos tenido ha sido la oportunidad de hablar mucho de los personajes, creo que hemos hablado más de los personajes que ensayado. Era muy importante que todos tuviéramos, ya no solo la misma película en la cabeza, sino esos personajes tan complejos, que tienen una estructura de guion de película muy difícil de realizar. No hemos rodado cronológicamente, por lo que era fundamental que ellos estuvieran muy conectados a la historia y la mejor manera de conectarles a la historia es que ellos también aportaran y trabajaran al personaje. Ha sido un regalazo poder trabajar con ellos. Incluso antes de conocer a Javi, hay algo en la mirada de Javier y hay algo en ellos que para nosotros era muy evidente que eran perfectos para hacer esta historia romántica.
¿Cuál ha sido el mayor reto al que os habéis enfrentado rodando la película?
César: Yo creo que al calor. No sé realmente a qué temperatura llegaba el termómetro ahí en mitad de la carretera perdida del interior de Málaga, en una ola de calor, en un autobús sin aire acondicionado… Ese es el reto. Y que no hubiera una rebelión (risas), sino que encima el equipo lo diera todo. Estamos muy agradecidos a todo el mundo. Javier y María son los que dan la cara, pero todo el equipo se portó de una forma soberbia. Y también el hecho de rodar una película relativamente ambiciosa, aunque pasan cosas que no son realmente espectaculares, en poco tiempo. Ese era un poco el reto, ver si éramos capaces de hacerlo. Fue duro, intenso, pero ya está hecho.
¿Qué esperáis provocar en el público con esta historia?
José: La intención siempre ha sido buscar la emoción. Si conseguimos transmitir una pequeña parte de lo que hemos sentido haciendo la película, estaremos contentos. Uno intenta estimular tanto la cabeza como el corazón de las personas, pero nosotros en este caso nos hemos volcado mucho más en el corazón. Así que estaría bien que parte de esa emoción estuviera ahí.