La gran desconocida del Jueves Santo malagueño. Son tantas las cofradías que se ponen en la calle ese día —muchas de ellas con renombre— que pocos se paran a pensar en lo que hay detrás del Señor de Carretería. Cuatro siglos de historia, cuatro siglos de fe, cuatro siglos siendo la denominación de origen de la ciudad. Ni más ni menos. Y en eso consistió la tarde del 3 de octubre: en rememorar la Málaga de 1615 junto al Nazareno de Viñeros.
No todas las cofradías pueden presumir de tener a sus espaldas 400 años de historia. Ni de portar cada Semana Santa la llave del Sagrario. La única que tiene ese privilegio es la Hermandad Sacramental de Viñeros, que fue constituida el 19 de marzo de 1615. Años más tarde, en 1947, se reorganizó junto a la hermandad de la Virgen del Traspaso y Soledad.
A escasos minutos de las cuatro de la tarde, la talla de Francisco Buiza (1975) emprendió su camino hacia la Catedral ocasionando una improvisada sobremesa con aroma a incienso y uvas. Un cortejo pequeño —formado por la junta de gobierno, el estandarte sacramental, el guión de la hermandad y varios ciriales— acompañó al Señor por unas calles más transitadas que cualquier otro sábado.
Una vez dentro de la SICB, a donde el trono llegó unos minutos antes de lo previsto, los fieles fueron testigos de un acto religioso oficiado por el obispo Jesús Catalá junto a Antonio Coronado, delegado de cofradías, y Felipe Reina, el nuevo párroco de Los Mártires. Llamó la atención que, a diferencia de otras ocasiones, ninguna cadena local retransmitiera en directo la celebración de los cuatro siglos de Viñeros.
Tras la bendición de las uvas, el cortejo constituido por una representación de diversas cofradías de la parroquia de los Mártires, decenas de hermanos con velas y la junta de gobierno de la Agrupación de Cofradías inició la procesión de regreso. No sin antes pasar por la capilla de Santa Bárbara, donde permanecen estos días las imágenes de la Congregación de Mena.
A los sones de Perdona a tu pueblo, el Nazareno de Viñeros se abrió paso entre un abarrotado Patio de los Naranjos. Durante todo el recorrido —tanto de ida como de vuelta— el Señor de Carretería tuvo un acompañamiento musical impecable. Componentes de distintas bandas de la provincia y Andalucía se unieron a los músicos de la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir, que estrenaba un reluciente banderín, en una histórica «jornada de puertas abiertas».
Con la solemnidad y sencillez que caracterizan a esta cofradía, la imponente talla de Buiza recorrió las calles de Málaga hasta cerca de las dos de la madrugada. Sin prisas, sin presiones, sin nada que pudiera distraer a los cofrades. Una jornada histórica por y para Viñeros, donde la hermandad por fin tuvo el protagonismo que merecía. Uvas, incienso y Jesús Nazareno. Nada más.
