Cientos de fieles se reunieron ayer en la escalinata del Santuario de la Victoria para arropar a Santa María del Monte Calvario en la conmemoración de su 75º aniversario. Una procesión cargada de novedades y sentimiento mariano, donde la lluvia de pétalos estuvo acompañada por el resplandor de unos sonoros fuegos artificiales.
«Santa María del Monte Calvario, tú eres el orgullo de tu barrio». Con ese mensaje —ubicado en uno de los balcones de la plaza del Santuario— recibía el barrio de la Victoria a su Virgen en torno a las 19.00 horas. Acompañada por un discreto cortejo de hermanos con velas y una representación, tanto de las hermandades victorianas como de las cofradías que mantienen un vínculo con la Hermandad, Santa María del Monte Calvario inició su recorrido por las calles de una de las barriadas más cofrades de Málaga.
Hablar del barrio de la Victoria es hablar de devoción popular y ayer sus vecinos lo volvieron a demostrar. Comenzaba a oscurecer cuando, tras un Ave María interpretado desde un balcón engalanado para la ocasión, una impresionante petalada de bugambillas cayó sobre el trono de Santa María del Monte Calvario en el tramo final de la calle Hurtado de Mendoza.
Tras la Virgen iba la Banda de Música Nuestra Señora de la Paz, todo un clásico en el acompañamiento musical de esta cofradía, con un repertorio distinto al habitual, donde primaron las marchas de tono triunfal en lugar de las fúnebres y el estreno de la marcha Flor del Calvario. Aunque esa no fue la única novedad con respecto al Viernes Santo. La actual talla de Álvarez Duarte (1972), que procesionó esta vez sin la compañía de San Juan Evangelista, lució una saya nueva bordada en oro sobre terciopelo verde —diseñada y confeccionada por Rafael Jódar— y el manto de salida de María Santísima de la Paloma.
En cuanto a los estrenos del trono, destacó el bordado de las bambalinas laterales del palio, en su cara exterior, a cargo del hermano Jesús Arco López, según diseño de Eloy Téllez. También se estrenaron unos relicarios de plata que escoltaron el templete de la Virgen de los Reyes en la delantera del trono, y un juego de «flores de talco», confeccionado por Andrés Martín.
Otro de los momentos claves de la procesión extraordinaria fue el recibimiento de la Hermandad del Rocío en la Ermita de San Lázaro. Allí, los fieles fueron sorprendidos por un corto —pero intenso— espectáculo de fuegos artificiales a modo de petalada, que más tarde se repitió a su paso por la Casa Hermandad de dicha cofradía. Además, los portadores de Santa María del Monte Calvario giraron el trono hasta 90 grados para mecerlo frente a Jesús Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario y María Santísima del Rocío Coronada a los sones de Estrella Sublime. También fue emotiva la ofrenda floral de la Asociación de Vecinos Victoriana y el recibimiento de las RR. MM. Adoratrices en la calle Santa María Micaela, y la petalada de la Hermandad de la Vera-Cruz de Alhaurín el Grande en Fernando el Católico.
Tras la llegada del cortejo al Santuario de la Victoria, la hermandad inició el tradicional «rosario de antorchas» hasta la Ermita del Monte Calvario, donde la imagen de Santa María recibe culto durante todo el año junto al titular cristífero de la hermandad, dando por concluida la festividad cofrade en torno a las 3 de la madrugada.
Así, La Victoria vivió una jornada de celebración muy distinta a lo que estamos acostumbrados a ver cada Viernes Santo. Un día en el que la única protagonista fue Santa María del Monte Calvario, que brilló más que nunca con una estética renovada y que estuvo arropada en todo momento por la devoción de un barrio que la venera desde 1941. Un buen —e intenso— comienzo del curso cofrade. Ya huele a Semana Santa.