El Museo Thyssen de Málaga muestra dos visiones modernistas con las obras de Casas y Rusiñol

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El Museo Carmen Thyssen de Málaga une a Santiago Rusiñol y Ramón Casas, dos de los grandes artistas españoles de finales del siglo XIX, abordando los diversos ámbitos de su relación. La exposición podrá visitarse hasta el 1 de marzo de 2015.

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Burgueses y bohemios, pintores de éxito en España y Europa y principales representantes del modernismo catalán, Santiago Rusiñol (1861-1931) y Ramón Casas (1866-1932) son dos de los grandes artistas españoles de finales del siglo XIX, renovadores del panorama pictórico de su tiempo e introductores de la modernidad que conducirá a la vanguardia en el XX.

AD06770Desde que se conocieron en 1882, a través de un amigo común, el escultor Enric Clarasó, y durante toda su vida, compartieron una íntima amistad, profesión, triunfos, inquietudes artísticas y experiencias vitales, e hicieron doce exposiciones conjuntas, en la Sala Parés de Barcelona, entre 1890 y 1931.

Con esta muestra, el Museo Carmen Thyssen Málaga vuelve a unir a ambos maestros, abordando los diversos ámbitos de su relación: su amistad, su condición burguesa y acomodada, los escenarios artísticos comunes (París y Cataluña), su aportación al arte del cambio del siglo XIX al XX, su labor como diseñadores de carteles publicitarios, así como los caminos divergentes que siguieron, sobre todo en la elección de las temáticas principales de su pintura, los retratos de Casas y los jardines de Rusiñol. Haz clic aquí para información sobre los precios y horarios de visita.

Capítulos de la exposición

Artistas y burgueses

Gracias al respaldo de su acomodada posición burguesa, Casas y Rusiñol pudieron dedicarse al arte sin preocupaciones económicas, lo que les permitió realizar numerosos viajes por España y Europa y tantear, en sus primeros años, diversos géneros artísticos, abordados desde un estilo naturalista moderno: interiores intimistas, temas sociales, retratos y paisajes, en los que su principal preocupación será el tratamiento realista de la luz y el espacio.

Dos bohemios en París

Las diversas estancias de Casas y Rusiñol en París en las décadas de 1880 y 1890, tanto juntos como por separado, fueron decisivas para su conocimiento del arte moderno y la configuración de su estilo de madurez: un postimpresionismo y un realismo equilibrado y elegante en el caso de Casas, y un intimismo simbolista en el de Rusiñol. Atraídos por la bohemia parisina, que ambos vivieron desde la seguridad de su privilegiada posición económica, los protagonistas de sus cuadros serán los interiores, paisajes y personajes de Montmartre, el barrio de los artistas, en el que también ellos residieron.

Paisajes compartidos

Tanto en los períodos vacacionales de sus estancias parisinas, como tras su regreso definitivo a España, el paisaje de Cataluña cautivó a ambos pintores, realizando numerosos lienzos en sus viajes por la región, en los que los encuadres y perspectivas denotan su adhesión a la pintura moderna y la superación del realismo decimonónico.

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Plenitud creativa y éxito en Cataluña

A partir de la década de 1890, en que Casas y Rusiñol vuelven a residir de forma permanente en Cataluña, comienza la etapa de consolidación de su obra. Continuando con algunas de las temáticas experimentadas en los años anteriores en París y Cataluña, realizan varias obras maestras, como Interior al aire libre (Casas) y La morfina (Rusiñol), ejemplos sobresalientes de la asimilación de lo aprendido en los años parisinos, en el trabajo del espacio, la luz, las figuras, el colorido, y de la utilización de la vida cotidiana moderna, incluso de sus miserias, como temática artística.

Caminos divergentes

Los gustos personales de cada uno determinaron que sus temáticas predilectas fueran distintas, aun a pesar de su amistad y las experiencias artísticas compartidas. Casas optó por las figuras, principalmente femeninas, que acabaron por convertirse en las imágenes más reconocibles de su pintura: desnudos, mujeres recostadas en la cama, «chulas» vestidas con mantón de Manila, retratos de damas burguesas y, sobre todo, Julia, su compañera y esposa, protagonista indiscutible de sus obras durante varias décadas. Rusiñol, por su lado, encontró en la representación de jardines melancólicos y solitarios, envueltos en una poética y atmósfera simbolista, el leitmotiv de su producción, que le convirtió en un pintor de gran fama y éxito nacional e internacional, sobre todo con su serie de Jardines de España, pintada en sus viajes por diversos lugares de la geografía española.

Casas y Rusiñol, cartelistas

Una selección de carteles diseñados por Casas y Rusiñol complementa el recorrido propuesto en esta exposición. Estas obras muestran la participación de ambos artistas en los nuevos géneros que nacen con la modernidad, como es la ilustración publicitaria de productos tan populares como el Anís del Mono o el cava Codorníu. La producción de estos pintores como cartelistas es especialmente destacada, sobre todo la de Casas, pues a través de este género se introdujo también en el arte gráfico el modernismo, y las imágenes creadas por ambos, novedosas, atractivas, elegantes y refinadas, tuvieron gran difusión.

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Malagueña. Cofrade desde la cuna. De pequeña jugaba a hacer periódicos, ahora soy periodista. Defensora de la ficción española y fiel amante de la novela histórica. La música en directo y el teatro me dan la vida.

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